Y llegas de la nada haciendo tanto ruido como el sonido que hace el gato en su movimiento astuto.
En cada ocaso inicias la temida y lúgubre batalla con
los mil demonios que yacen cada noche bajo la cama.
Primaveras en esta lucha interminable inherente a ti.
Duelo que afrontas sin parar con la esperanza que al
llegar la aurora salgas vencedor y así exculpar tu corazón..
(Por: Adriana Quincha)
(Por: Adriana Quincha)